
Laura siempre había disfrutado de las comidas en familia. Desde los guisos de la abuela hasta los postres que alegraban las reuniones, la comida era para ella más que un sustento: era amor, conexión y recuerdos. Pero cuando le diagnosticaron diabetes, sintió que su mundo se ponía de cabeza. Las recetas familiares parecían convertirse en una lista prohibida, y la simple idea de comer se llenó de temor y restricciones.Por días, Laura navegó entre la...