En Chihuahua el auge de los productos milagro es cosa cotidiana y se encuentran en la frontera de la clasificación que las autoridades sanitarias marcan para diferentes artículos, pues no son medicamentos, ni productos de belleza, tampoco son alimentos y en algunos casos ni siquiera complementos alimenticios o vitamínicos.
Las autoridades estatales y federales refieren que incluso estos artículos ofrecen soluciones mágicas o milagrosas a padecimientos incurables como la
diabetes, cáncer o sida, lo que en sí mismo constituye una falta a la ley en lo tocante a la información que ofrecen los empaques y que pueden prestarse a confusión por parte del consumidor final.
De forma preponderante, estos productos se encuentran en farmacias “naturistas”, homeopáticas, en algunos casos también en las farmacias de medicina alópata pero ahora, ante la constante vigilancia de estos establecimientos por parte de instancias como la Cofepris y la Coespris, también se comercializan en mercados itinerantes conocidos como “mercado sobre ruedas”, y de persona a persona, conocido como comercio “de cajuela”, para evadir la acción de los inspectores sanitarios.
La Ley General de Salud y la Norma Oficial Mexicana establecen parámetros que deben observar las farmacéuticas y laboratorios responsables de la manufactura, distribución y comercialización de cada uno de sus productos, pero incluso empresas como Genomma Lab (del sector, una de las más multadas), contemplan en sus costos de operación, pérdidas por concepto de incautación y sanciones económicas impuestas por las autoridades, que tan solo en 2012 ascendieron a más de 28 millones de pesos. Algunas de estas sanciones se dan tan solo porque la publicidad resulta engañosa para el consumidor, sin siquiera pasar por el análisis químico de los componentes de un determinado producto.
Durante 2013, la Cofepris clausuró dos laboratorios en Chihuahua y la Coespris refiere que principalmente los productos considerados “milagrosos”, son introducidos de forma ilícita a territorio estatal provenientes principalmente de entidades como Guadalajara, Monterrey y Distrito Federal.
Al respecto el gerente de Autorización y Dictamen Sanitario en la Coespris, Martín Ruíz Aguirre, señala que una de las más elementales normativas que son ignoradas con mayor frecuencia es la relativa a que los productos no deben inducir a la automedicación, y en este aspecto Coespris apunta a que una considerable cantidad de artículos desde su denominación infringen la ley en la materia, como aquellos cuyo nombre evidencia para qué propósito está hecho un producto.
Tal es el caso de las pastillas “Deprecaps”, cuyo supuesto objetivo es el de “curar” la depresión; laxacure que ofrece eliminar los problemas estomacales de tránsito lento; Lipocure, para eliminar la grasa acumulada en ciertas zonas del cuerpo, etc.
Las consecuencias de la utilización de este tipo de productos pueden ser altamente perjudiciales para la salud humana, pues algunas personas dejan los tratamientos médicos y optan por las soluciones “milagrosas” que entre otras consecuencias, con la interrupción de un tratamiento para la
diabetes por ejemplo, puede terminar en la hospitalización de la persona y el riesgo consecuente de que esta pierda la vida.
"En Ciudad Cuauhtémoc una persona elaboraba una crema que supuestamente eliminaba las arrugas e imperfecciones de la piel, dicha crema entre sus componentes se encontraba el mercurio, quién sabe de donde obtuvo la receta, pero logramos detectar la fábrica y se clausuró antes de que ocasionara severos daños a la salud de los consumidores potenciales, quienes por ingenuidad pueden adquirir este tipo de soluciones milagrosas, que en este caso podrían contraer cáncer al aplicarse este producto".
Por otra parte, una persona que siente molestias y las atribuye a un mal funcionamiento del riñón, del estómago, etc., si en vez de acudir al doctor se “automedica”, no solo retrasa un diagnóstico certero y científico, sino que puede poner en verdadero riesgo la vida.
Pero el comercio de los productos milagro no se suscribe únicamente a negocios pequeños o cuyo acceso se limita a personas de escasos recursos, sino también abarca a las grandes tiendas departamentales y que expenden este tipo de productos a precios muy altos.
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