Las siete claves de la diabetes tipo 2
Es típica en adultos y se asocia
a antecedentes familiares y a la obesidad, sobre
todo la abdominal
La glucosa es el combustible que
utilizan las células y se necesita de una hormona fabricada por el páncreas,
que es la insulina, para que la glucosa se introduzca en las células y se
metabolice. El equilibrio en este mecanismo es esencial para evitar la
aparición de la diabetes.
La OMS define la diabetes como una enfermedad crónica que
aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo
no utiliza eficazmente la insulina que produce.
Según explica a Infosalus el doctor Juan Girbés,
Especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Arnau de Vilanova
(Valencia), los estudios de prevalencia muestran que aproximadamente el 43 %
de los casos están sin diagnosticar. Eso se debe a que al principio no da
síntomas y la evolución es lenta, diagnosticándose en general de forma casual
en una revisión laboral o una analítica rutinaria.
Girbés apunta que las campañas de cribado o diagnóstico
precoz que se realizan, sobre todo en los centros de salud, por los médicos de
atención primaria, están consiguiendo reducir el número de casos no
diagnosticados, y se está demostrado que el tratamiento más precoz previene y
retrasa las complicaciones crónicas de la diabetes.
El doctor Girbés presenta a Infosalus las cuestiones más
importantes que necesitamos conocer sobre la diabetes tipo 2:
En el caso de la diabetes tipo 2 hay una ineficacia de las
células para usar la insulina, que se compensa inicialmente con una
sobreproducción de insulina por el páncreas, y cuando el páncreas no puede
compensarlo es cuando aparece la diabetes, manifestada con aumento de la
glucosa en la sangre.
"El estudio Di@bet.es mostró que la prevalencia de
diabetes es del 13,8% a partir de los 18 años. Sin embargo no es igual de
frecuente en todas las edades, aumentando la frecuencia con la edad. A partir
de los 60 años más del 25 % de las personas tienen diabetes tipo 2",
aclara Girbés.
2. ¿Qué hace diferente a la diabetes tipo 2?
Aunque existen una variedad de tipos de diabetes, para
contestar a esta cuestión hay que distinguir entre los tipos más importantes
por su frecuencia:
* Diabetes tipo 1, es más frecuente en jóvenes y se
debe a la destrucción de las células beta del páncreas, las que fabrican la
insulina. Estos pacientes necesitan ser tratados con insulina desde el
principio.
* Diabetes tipo 2, es la típica diabetes del adulto. Se inicia con pocos síntomas e
inicialmente no suele precisar insulina. Se asocia a antecedentes familiares de
diabetes y a la obesidad, sobre todo la de predominio abdominal. En general se
trata con antidiabéticos orales, aunque con el tiempo puede precisar insulina
para su control.
* Diabetes gestacional, se inicia en el embarazo y en general se resuelve tras el parto
aunque estas mujeres tienen más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2
posteriormente.
3. La obesidad aumenta el riesgo de diabetes tipo 2
Hay otros factores de riesgo importantes, como por ejemplo
la predisposición genética y la edad. Pero es la obesidad el factor de riesgo
más importante que se puede modificar con la alimentación y modificaciones del
estilo de vida.
El exceso de grasa abdominal es lo que más se relaciona
con la presencia de diabetes tipo 2. "La grasa acumulada en el abdomen
induce unas alteraciones metabólicas que se acompañan de una mayor resistencia
a la acción de la insulina, de tal modo que la misma insulina no es capaz de
controlar la glucosa y se produce la hiperglucemia, que la principal
manifestación analítica de la diabetes tipo 2", comenta el doctor.
4. Otros factores de riesgo de la diabetes tipo 2
Hay otros factores como el sedentarismo, que también se
asocia a un mayor riesgo de diabetes tipo 2. La práctica regular de ejercicio
está demostrado que reduce la incidencia de diabetes y también que facilita el
control de la diabetes y del exceso de peso.
Además hay otros factores de riesgo cardiovascular que se
suelen asociar y que es conveniente vigilar como el tabaquismo, la hipertensión
y la dislipemia. "Aunque es importante controlar estos factores de riesgo
en todos los pacientes, en el caso de aquellos con diabetes cobran especial
importancia", afirma Girbés.
5. Cómo afecta a tu salud la diabetes tipo 2
En realidad no hay ningún órgano del cuerpo que quede
libre del efecto perjudicial de la hiperglucemia. La diabetes tipo 2 puede
presentar complicaciones en los ojos (retinopatía diabética), en los riñones
(nefropatía diabética), los nervios (neuropatía diabética) y en los vasos sanguíneos
(en forma de arteriosclerosis, infarto de miocardio y accidente
cerebrovascular).
"Lo que sucede es que estas complicaciones se
instauran lentamente, de ahí la importancia del buen control desde el
principio, y de la detección precoz de esas complicaciones", señala Girbés
que añade que sobre todo es muy importante conocer que el riesgo cardiovascular
de las personas con diabetes es algo más del doble que el de las personas sin
diabetes.
6. Reconocer la prediabetes y prevenir la diabetes tipo 2
La prediabetes es la fase previa a la diabetes que informa
que la persona tiene muchas posibilidades de tener diabetes. En general se
define este concepto por la existencia de alteraciones analíticas de la
glucosa, que están por encima de los valores de normalidad, pero sin llegar a
los valores que se dan en la diabetes. Se considera prediabetes si en ayunas la
glucosa está entre 100 y 125 mg/dl, o si tras una sobrecarga oral de glucosa la
glucemia está entre 140 y 199 mg/dl.
La diabetes tipo 2 se puede prevenir evitando la obesidad
y teniendo una actividad física moderada. "Esto es especialmente importante
en aquellas personas de más riesgo, como los que presentan antecedentes
familiares de diabetes, las mujeres que han tenido diabetes gestacional o los
que presentan glucemias en el límite, que es la prediabetes", comenta el
especialista.
La recomendación general es realizar una alimentación
equilibrada y cardiosaludable. Es importante el
control de la cantidad de hidratos de carbono de absorción rápida (azúcar, dulces, zumos, etc.) y la
limitación de las grasas saturadas (carnes rojas, embutidos, bollería, etc.).
Se debe estimular el consumo de frutas, vegetales, legumbres, cereales
integrales y lácteos desnatados. El aceite de oliva, preferiblemente virgen
extra, debería ser la principal fuente de grasa por su calidad nutricional,
pero también son recomendables los frutos secos o las aceitunas, todo ello
recordando la necesidad de limitar el consumo de grasas.
7. Controlar la enfermedad a través del conocimiento
La diabetes tipo 2 puede controlarse en sus fases más
precoces con medidas higiénico-dietéticas (dieta y ejercicio), pero en general
suele precisar fármacos, en el inicio orales pero con el tiempo es muy
frecuente que se precise insulina inyectable.
"Es muy importante evitar la inercia terapéutica, que
consiste en retrasar las intervenciones terapéuticas, en unas ocasiones por
parte del médico y en otras por parte del paciente", apunta Girbés, que
como ejemplo señala que en ocasiones cuando no va bien el paciente no se
modifica el tratamiento pensando que se van a intensificar las medidas de estilo
de vida y con ello se suceden las visitas.
"La
mejor manera de controlar la enfermedad es que el propio paciente participe en
ese control, para lo cual es imprescindible la educación
diabetológica", afirma el especialista. El paciente debe estar instruido
en las modificaciones de dieta y estilo de vida, y también en las consecuencias
del buen o mal control de la enfermedad.
"Para la adecuada educación diabetológica, que sería
una parte de la llamada educación
terapéutica, es necesaria la participación de
enfermería. Dentro del tratamiento de la diabetes la educación es parte
esencial y así debemos considerarlo desde el principio, como una parte más del
tratamiento, al igual que las pastillas o la dieta", concluye Girbés.