dieta para embarazadas |
Tener antecedentes familiares de diabetes, tal vez en un padre, un hermano o una hermana.
Ser afroamericano, indio americano o nativo de Alaska, asiático americano o de las islas del Pacífico, o ascendencia hispanoamericana / latina. desayunos sanos
Tener antecedentes de enfermedad cardíaca.
Tener antecedentes de diabetes gestacional.
Un estilo de vida inactivo
Prevención
Los cambios modestos en el estilo de vida pueden ayudar a prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2 en personas en riesgo. Aquí hay algunos consejos útiles.
Mantenga un peso corporal saludable. El sobrepeso tiene muchos efectos negativos en la salud y puede impedir que el cuerpo utilice correctamente la insulina. También puede contribuir a la hipertensión arterial. La investigación muestra que incluso una pequeña cantidad de pérdida de peso puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Elija alimentos saludables. Lo que introducimos en nuestro cuerpo tiene grandes consecuencias en nuestra salud y en el funcionamiento de nuestro cuerpo. Comer sano ayuda a controlar el peso corporal, la presión arterial y los niveles de colesterol.
Ser activo. Encuentre una actividad física que disfrute y que haga latir su corazón, tal vez caminar rápidamente, bailar o trabajar en el jardín. Trate de estar físicamente activo durante al menos 30 minutos al día, 5 días a la semana; las investigaciones muestran que esto ayuda a reducir el riesgo de diabetes tipo 2.
Síntomas y diagnóstico
La diabetes a veces se conoce como una enfermedad "silenciosa" porque es posible que las personas no muestren ningún signo o síntoma. Los síntomas de la diabetes incluyen: sed excesiva, micción frecuente, mucha hambre, cansancio, pérdida de peso sin intentarlo, alimentación sana aparición de llagas que se curan lentamente, piel seca y con picazón, pérdida de sensibilidad u hormigueo en los pies y visión borrosa. Aún así, algunas personas con diabetes no experimentan ninguno de estos síntomas.
Los síntomas de la diabetes tipo 2 se desarrollan gradualmente, mientras que la diabetes tipo 1 se desarrolla más rápidamente.
Los médicos utilizan diferentes pruebas para diagnosticar la diabetes. Las pruebas para diagnosticar la diabetes y la prediabetes incluyen la prueba de glucosa plasmática en ayunas (FPG) y la prueba de tolerancia a la glucosa oral (OGTT). Una prueba de glucosa en plasma aleatoria permite a los médicos diagnosticar solo diabetes.
Si alguna de estas pruebas muestra que podría tener diabetes, su médico deberá repetir la prueba de glucosa plasmática en ayunas o la prueba de tolerancia a la glucosa oral en un día diferente para confirmar el diagnóstico.
Debido a que la diabetes tipo 2 es más común en las personas mayores, especialmente en las personas con sobrepeso, los médicos recomiendan que cualquier persona de 45 años o más se haga una prueba de diabetes. Si tiene 45 años o más y tiene sobrepeso, se recomienda encarecidamente hacerse la prueba.
Los adultos mayores tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, especialmente si tienen sobrepeso. Los médicos recomiendan que los mayores de 45 años se realicen una prueba de diabetes, especialmente si tienen sobrepeso.
La diabetes es una enfermedad grave que puede provocar dolor, discapacidad y muerte. A veces, las personas tienen síntomas pero no sospechan diabetes. Retrasan la programación de un chequeo porque no se sienten mal.
A pesar del riesgo de diabetes debido a la edad y el peso, las personas a menudo retrasan la realización de un chequeo porque no sienten ningún síntoma. A veces, las personas que experimentan síntomas no se dan cuenta de que puede ser diabetes. Aún así, la diabetes es una enfermedad grave que, si no se trata, puede provocar complicaciones peligrosas e incluso la muerte.
A menudo, a las personas no se les diagnostica diabetes hasta que experimentan una de sus complicaciones, como problemas cardíacos o dificultad para ver. La detección temprana puede prevenir o retrasar tales complicaciones, lo que hace que los chequeos sean aún más importantes.