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Se ha demostrado que el ejercicio moderado realizado de manera constante que conduce a una pérdida de peso moderada previene la resistencia a la insulina que puede provocar prediabetes y diabetes tipo 2.
Aquellos que tienen diabetes también se benefician del ejercicio regular, ya que el ejercicio no solo puede ayudar a controlar los niveles de glucosa en sangre, sino que también puede ayudar a prevenir complicaciones graves de la diabetes.
Hacer ejercicio con regularidad es una de las mejores formas de mejorar la sensibilidad a la insulina. La resistencia a la insulina es uno de los principales problemas con el desarrollo de la diabetes tipo 2 y es el resultado de que el cuerpo no reconoce la insulina producida por el cuerpo que mantiene la glucosa en la sangre y no se elimina de la sangre y se transfiere a las células donde se encuentra. necesaria para la energía que acaba matando de hambre a las células del cuerpo.
Al mejorar la sensibilidad a la insulina con la ayuda del ejercicio, esta glucosa será eliminada de la sangre por la insulina y transferida a las células y utilizada de manera más eficiente por las células sin ningún problema, lo que ayudará a controlar los niveles de glucosa en sangre.
El ejercicio (y la dieta) también es la mejor manera de controlar el peso. La diabetes tipo 2 ha alcanzado niveles epidémicos y el principal culpable es la obesidad, ya que se ha descubierto que al menos el 80 por ciento de los pacientes con diabetes tipo 2 y aquellos con prediabetes son obesos. Se cree que la obesidad puede provocar resistencia a la insulina, (alimentos para bajar azucar) lo que aumenta el riesgo de desarrollar prediabetes y diabetes tipo II.
También es importante controlar los niveles de azúcar en sangre antes y después del ejercicio. Si tiene diabetes tipo I, deberá asegurarse de no esforzarse demasiado hasta el punto de volverse hipoglucémico, que es un estado de bajo nivel de azúcar en sangre. Los niveles bajos de azúcar en sangre pueden provocar fatiga, mareos, sudoración, dolores de cabeza, temblores y, si son graves, se puede perder el conocimiento y caer en coma.
Las personas con diabetes tipo II, aunque tienen más libertad de acción con el ejercicio, deben controlar sus niveles de azúcar en sangre antes y después del ejercicio.
Si está tomando medicamentos, debe trabajar con su médico para realizar los ajustes necesarios en su régimen de ejercicios. Además, los diabéticos que padecen neuropatía deben asegurarse de que las terminaciones nerviosas de los pies estén protegidas. Es posible que no se recomiende correr o trotar de alto impacto en casos de neuropatía.
La deshidratación es otra área de la que los diabéticos deben preocuparse cuando hacen ejercicio, ya que la micción frecuente es uno de los síntomas de la diabetes. El ejercicio de alto impacto también puede afectar los capilares de los ojos debilitados por la diabetes. Si tiene problemas en los ojos debido a la diabetes, asegúrese de que el ejercicio seleccionado no empeore los problemas de visión ni cause un éxtasis que puede ocurrir especialmente si usa pesas.
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El ejercicio es un componente importante del control de la diabetes y muchos de sus otros beneficios incluyen ayudar a reducir la presión arterial, elevar los niveles de colesterol bueno (HDL), fortalecer los huesos, tonificar el corazón y otros músculos, eliminar el estrés, perder peso, fortalecer el sistema respiratorio, etc. Hágalo sin importar cómo se sienta. ¡Te sentirás mejor y después de terminar te sentirás satisfecho como si pudieras conquistar el mundo, incluida la diabetes!
