La diabetes mellitus tiene un efecto muy grave en la vida de millones de estadounidenses y personas de todo el mundo. Es mucho más común en los países occidentales y, aunque hay varios tipos de diabetes, todos afectan la forma en que el cuerpo procesa y usa el azúcar.
En el cuerpo, la glucosa, que es un tipo de azúcar, se usa como fuente de energía. Se descompone por la insulina, que es una hormona producida por el páncreas. El páncreas, que se encuentra en la parte posterior del estómago, produce varias enzimas que el cuerpo utiliza durante el proceso digestivo.
En individuos diabéticos, el páncreas no produce suficiente insulina o el cuerpo se vuelve inmune a los efectos de la insulina. Como resultado, la glucosa no se descompone adecuadamente, lo que resulta en un nivel elevado de azúcar en la sangre. También significa que el cuerpo no obtiene la energía que necesita, sino que debe recurrir a otras fuentes. Si no se trata, el cuerpo se convertirá en grasa para obtener su energía. Esto puede ser muy peligroso y hacer que se acumule un nivel peligroso de toxinas en el torrente sanguíneo a medida que la grasa se descompone. También puede causar pérdida de peso.
Hay dos tipos básicos de diabetes. La diabetes tipo I es cuando el cuerpo no produce suficiente insulina y a veces deja de producir insulina por completo. Anteriormente se conocía como diabetes juvenil, porque es mucho más común en niños, aunque se puede encontrar en personas hasta los 30 años. Como resultado, el uso del término diabetes juvenil ha sido descontinuado en gran medida por profesionales médicos.
La diabetes tipo II, que es el tipo más común de diabetes, es cuando el cuerpo desarrolla resistencia a la insulina. La obesidad es un factor principal en la diabetes tipo II, aunque la edad también juega un papel, ya que la mayoría de las personas con diabetes tipo II tienen más de 40 años.
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El tratamiento utilizado dependerá del tipo de diabetes que tenga el individuo. Como en la diabetes tipo I, el cuerpo no produce un nivel suficiente de insulina, se requerirán inyecciones de insulina. Estas vacunas pueden ser autoadministradas por la mayoría de las personas mayores de 10 años.
Las inyecciones de insulina a veces se usan para la diabetes tipo II, pero a menudo la dieta y el ejercicio es el primer tipo de tratamiento utilizado. Dado que el cuerpo es resistente a la insulina, es importante limitar la ingesta de azúcar y grasas y, en cambio, comer alimentos con alto contenido de carbohidratos, que incluyen pastas y arroz. De esta manera, el cuerpo puede usar los carbohidratos como fuente de energía, en lugar de intentar usar el azúcar. También hay una serie de medicamentos disponibles que pueden ayudar a reducir la resistencia a la insulina del cuerpo.
El ejercicio y la dieta regulares son muy importantes para ambos tipos de diabetes y con una cuidadosa atención al nivel de azúcar en la sangre, es posible llevar una vida plena y productiva para la mayoría de las personas con diabetes.
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