medicamentos para diabeticos El aspartamo es el edulcorante no calórico por
excelencia, utilizado en miles de productos alimentarios como sustitutivo del
azúcar. Desde que fue descubierto en 1965 por la multinacional farmacéutica G.D.
Searl and Company, su uso se ha extendido a todo tipo de alimentos:
refrescos, chicles, helados, yogures…
Prácticamente cualquier
producto “sin azúcar”
o light incluye aspartamo, etiquetado en Europa con el código E-951. Desde que se descubrió, el
aspartamo ha estado rodeado de dudas acerca de su seguridad para la salud, pero
en ningún momento las supuestas sospechas han sido confirmadas.
El edulcorante es, de hecho,
uno de los ingredientes alimentarios más investigados de la historia. A lo
largo de más de 40 años se han realizado más de 200 investigaciones científicas
sobre el mismo y sus conclusiones parecen ser definitivas.
Según una revisión de estudios
publicada este verano en la revista Food
and Chemical Toxicology no
existe ninguna asociación entre el consumo de aspartamo y los problemas
sanitarios que se le han atribuido en algún u otro momento como cáncer,
problemas cardiovasculares o partos prematuros. “El aspartamo ha sido examinado durante más de tres
décadas en más de 200 estudios, con el mismo resultado: es seguro”,
asegura el doctor Haley Curtis Stevebs,
presidente del Calorie Control Council,
la asociación estadounidense de fabricantes de productos bajos en calorías, sin
azúcar o light.
“Los alimentos y bebidas endulzados con aspartamo ofrecen
una alternativa baja en calorías que puede ayudar a la gente a disfrutar de las
comidas que desean sin despreocupar su salud”. Una herramienta útil
para vigilar nuestro peso “junto
a la probada seguridad de los edulcorantes bajos y sin calorías”,
asegura el doctor Lluis Serra-Majem,
catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad
de Las Palmas de Gran Canaria y
presidente de la Academia Española de Nutrición y
Ciencias de la Alimentación, quien añade que “la evidencia científica ha demostrado
como incuestionable la importancia de los edulcorantes bajos y sin calorías en
la dieta diabética, al ofrecer el placer de lo dulce sin sus aspectos
negativos, y sin impacto en la insulina y glucemia”.
El aspartamo no posee toxicidad
alguna que deba preocupar a los consumidores. Según el catedrático, el aspartamo
y otros edulcorantes pueden ayudar a controlar nuestro peso, pero deben
consumirse en el contexto de una dieta equilibrada en su conjunto: “En ocasiones, es complejo establecer
las ventajas potenciales de los edulcorantes bajos o sin calorías ya que no sólo
depende de éstos, sino de la ingesta total de alimentos y bebidas. Por ejemplo,
si se elige una bebida edulcorada con edulcorantes bajos o sin calorías en
lugar de un refresco de 150 calorías, pero posteriormente tomamos un trozo de
pastel o galletas por valor de 300 calorías, los edulcorantes no podrán ayudar
a controlar el peso ya que se estarán añadiendo más calorías de las que se han
restado”.
Serra-Majem reconoce que
durante los últimos años, “ha
sido frecuente la confusión con respecto a los edulcorantes”, pero
insiste en que los estudios sobre su seguridad son concluyentes: “El proyecto de Dictamen Científico de
la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para la presente
reevaluación de la seguridad del aspartamo ha recurrido a toda la información
científica disponible sobre éste edulcorante y sus componentes. Tras un
análisis detallado y metódico, ha llegado a la conclusión, de que el aspartamo
no posee toxicidad alguna que deba preocupar a los consumidores, en los niveles
actuales de exposición”.